LA PANCARTA Y LOS CARPANTAS
Aprovechando que Lorenzo, mi poni, está recluido en la perrera municipal (espero que por los siglos de los siglos), hoy decidí pasear por Talavera de la Reina en mi otro équido: mi mula castellana (que no manchega) que atiende –cuando quiere- al nombre de Mari Pili. Así la bauticé por darle cierto aire de feminidad que nunca ha tenido y que ha servido para poco, pues Mari Pili es bruta como caballo y cabezota y constante como el burro su padre, aunque noble. Es lo bueno de los híbridos, que unen en un solo ser las virtudes y defectos de otros dos.
Me engalané en su honor con vestidos y adornos eclécticos (híbridos también) y, de esta forma salí a la calle con vestimenta de revolucionario de salón (estilo Arturo), gafas de neocomisario político (gama Ruben Gos), pantalones de compañero del metal y unas banderillas que, en su día, me prestó un sindicalista que tiene de tal (de sindicalista) lo que yo de obispo.
Total, que, en llegando a la altura del puente del Hospital Nuestra Señora Del Prado (que, de aquí a poco, cambiará su nombre por el Nuestra Señora de la Sanidad Pública), me percaté de que algo hubo antes que ahora no había. Lo barruntaba, lo barruntaba pero no caía en qué pudiera o consistir la ausencia. Así, estuve tres largos minutos dando vueltas a la cuestión: «El hospital sí está… El puente también está… Los automóviles que circulan están ahora sí y ahora no porque van y vienen… ¿Qué coño falta?».
Fue mi mula Mari Pili quien me puso al tanto semirrebuznando, primero, y semirrelinchando, después, y, a la par, cabeceando, dirigiendo su crinera y su hocico hacia la pasarela del puente. Alcé la vista y, a la par, caí dos veces: una, de mi mula por la impresión, y, otra, en la cuenta de que algún hijo de su pastelera madre había suprimido, llevándosela, la pancarta que rezaba «¡SOS! TALAVERA SE MUERE». La misma pancarta que unos chavales pretendieron colocar sin éxito, primero, en un puente de la A-5 y, luego con éxito relativo, en «El puente de las nupcias» para denunciar la situación que atraviesa nuestra ciudad.
Aluciné, piqué espuelas a Mari Pili y me vine para casa con el fin de dar razón de lo sucedido y de las cosas que ahora reseño y cuestiono:
1.- Que tengo para mí que bien pudiera ser que quienes han ordenado quitar la pancarta son los del equipo de gobierno municipal, pues quieren ocultar la verdad (esto es, que Talavera se muere) en la creencia de que, si no se dice, no se sabrá y así vendrán empresas como moscas a la miel y la reflotarán. ¡Qué ignorancia! Cualquier empresa que se precie, antes de instalarse en nuestra ciudad, hará el consabido estudio de mercado y, si no hay previsión de negocio, no lo abrirá. Si creen esos sandios que por poner una pancarta en sentido positivo (algo así como «TALAVERA, TIERRA DE OPORTUNIDADES») la ciudad crecerá, van dados del ala.
2.- Que bien pudiera haber ocurrido que algunos hayan metido el hocico por puros intereses partidistas y hayan decidido poner pronto remedio a una realidad que les escuece porque la temen. El lema de la pancarta se ha identificado con la asociación «SOS TALAVERA» y, a raíz de que esta asociación se hiciera eco de la actuación de los chavales que la colocaron en las redes sociales, hubo comentarios que, además de aplaudir esa iniciativa y su posterior publicación, proponían la creación de un partido local. Y ya se sabe: eso, para los antiguos indignados que ya pasaron a ser casta, luego trama y ahora cambalache, eso no se puede tolerar. Es otra posibilidad. ¿Por qué no? Para ellos es claro que «TALAVERA SE MUERE» y así lo mantienen, pero tal vez no puedan admitir que esa pancarta sirva de propaganda a una asociación que constituye una imaginaria amenaza: el embrión de un futuro partido político local (cosa que nunca llegará… o no).
En definitiva, ignoro quién ha retirado la pancarta y las especulaciones son simples especulaciones. Pero, señoras y señores, no es normal que en ese puente queden colgados y se toleren durante meses cartelones que anuncian bodas y hasta bodorrios, que se haya mantenido también varios meses otra pancarta de «Vivimos Talavera» poco clara («No pierdas el tren») y que la que llevaba por lema «¡SOS! TALAVERA SE MUERE» haya durado en pie poco más de una semana.
Huele que apesta. Lo digo con respeto, pero lo digo.
En fin… Que lo siento por los chavales que la colocaron y el empeño que pusieron en ello. Espero que no se rindan y tengan los redaños suficientes para marcar con tinta indeleble (en el Consistorio, en los locales de los sindicatos que sufragamos todos, en las sedes de TODOS los partidos políticos, en las fachadas de colegios públicos, concertados y privados, en las aceras, en los pasos de peatones, hasta en los vehículos de la policía local y hasta en la única Unidad Móvil que nos asiste como buenamente puede) estas tres palabras que a tanto asustan: «TALAVERA SE MUERE».
Todo el mundo lo entiende. ¡Todo el mundo! Hasta mi pobre mula Mari Pili.
Javier Ramos – SOS Talavera