NUESTROS RÍOS TAJO Y ALBERCHE

¿Por qué hemos tenido que perder nuestro río tal como era, un río vivo? Actualmente nuestro río está muerto.

Las administraciones tienen la obligación de cumplir las sentencias del Tribunal Supremo de una vez y finalizar este expolio. Cumplir la Ley es una de las obligaciones que tienen las administraciones.

Los antecedentes del Trasvase Tajo-Segura se sitúan en el Plan Nacional de Obras Hidráulicas de 1933, durante la II República. Manuel Pardo Lorenzo, un trabajador del Ministerio de Obras Públicas, propuso al ministro Indalecio Prieto la realización del Trasvase Tajo-Segura para mejorar el uso y la gestión del agua en España en el año 1933, propuesta que fue recogida en el Plan de Mejora y Ampliación de los Riegos de Levante.

Hoy, el aprovechamiento conjunto Tajo-Segura, concebido en origen, para trasvasar caudales regulados excedentarios de la cuenca del Tajo con destino a riego y abastecimiento de la cuenca del Segura, constituye (a consecuencia de distintas reformas y ampliaciones del acueducto) un sistema que interrelaciona los recursos y las infraestructuras hidráulicas de las cuencas del Tajo, Segura, Júcar, Almanzora, y del Guadiana.

Desde sus inicios y a lo largo de toda su historia, hasta llegar al día de hoy, hemos sufrido y continuamos sufriendo conflictos, fundamentalmente entre la Comunidad Valenciana, Comunidad de Murcia y Castilla La-Mancha.

La Plataforma en defensa de los ríos Tajo y Alberche y el gran esfuerzo prolongado durante muchos años de la sociedad para que sea reconocido el problema de gestión del Tajo, ha conducido al planteamiento de recursos ante el Tribunal Supremo donde se denuncia el “incumplimiento de la normativa de aguas por parte del actual plan de cuenca” “a esto se suman las distintas maniobras legislativas que han conducido a que actualmente el Tajo sea un cadáver viviente”, en especial a su paso por Aranjuez, Toledo y Talavera de la Reina. El Tribunal Supremo ha dictado hasta 5 sentencias firmes para que finalice el expolio que estamos sufriendo a causa del trasvase Tajo –Segura

Lamentablemente continuamos sin que se cumplen los caudales mínimos “ecológicos” que no es lo mismo que caudales mínimos.

Durante los últimos 40 años estamos sufriendo el expolio de nuestro río y las condiciones en las que se encuentra son nefastas.

Es de justicia que recibiéramos una compensación económica por dicho expolio y con ese dinero poder realizar inversiones prioritarias para revertir lo que estamos sufriendo a causa del trasvase:

• Planta potabilizadora de primera generación para limpiar las impurezas que trae el agua (Cipermetrina 8000% más de lo permitido para la salud humana, restos de medicamentos, pesticidas, etc.).
• Sería muy necesario realizar un acondicionamiento medioambiental del río Tajo. • Recuperación y aprovechamiento de las riberas.
• Limpieza, arrancando de raíz todas las cañas que son plantas muy dañinas para la fauna del río.
• Actuación del patrimonio natural, limpieza y mantenimiento del río.
• La recuperación y acondicionamiento de las islas del río Tajo.
• Recuperación y puesta en valor del espacio natural donde se unen el río Tajo y Alberche.

Nuestro río es como un estanque lleno de aguas en condiciones insalubres, proliferan especies no autóctonas, algas y la plaga de mosquitos que nos impiden hasta caminar por toda la ribera del río porque es tal la cantidad de ellos que se impregnan en todas las partes del cuerpo, los ciudadanos que tienen sus viviendas junto al río, no pueden ni abrir las ventanas de sus viviendas porque se les meten dentro.

Los trabajos de saneamiento en el río Tajo y las fumigaciones de la ribera del río dada la nefasta situación en la que se encuentra, ayudan a paliar una parte del problema, pero es insuficiente y lo llevamos comprobando desde hace muchos años.

Algo totalmente intolerable es el incivismo por parte de quienes tiran todo tipo de desechos al río (botellas, papeles, basura, etc.)

Los que tenemos más edad, añoramos mucho los buenos veranos que hemos pasado disfrutando del baño, llegamos a tener nuestra propia playa, «Los Arenales” teníamos “La Presilla» y también “Los Sifones”. No sólo era bañarnos, había kioscos en los que podíamos comernos una tortilla y tomarnos cerveza, refrescos, helados, etc. Podíamos comer y cenar allí.

¿Hasta cuándo continuará el expolio de nuestros ríos Tajo y Alberche?