OPINIÓN – EL OBSOLETO URBANISMO DE TALAVERA DE LA REINA
No es ningún secreto que vivimos en una ciudad al borde de la asfixia entre la vía del tren y el río, que nuestras únicas opciones que garanticen un futuro desarrollo urbanístico de calidad son, soterrar las vías (tal como lleva firmado desde 2007) y saltar el río. Por contra, los diferentes gobiernos siempre han optado por la solución rápida, barata y sencilla de corear por los palmeros a su servicio: más rotondas y estirar avenidas.
Un lunes, una ciudadana inicia la semana llevando a sus hijos a sus centros de estudio, debe cruzar la avenida Francisco Aguirre desde su casa hacia el colegio público Pablo Iglesias, después el I.E.S Juan Antonio Castro, y por último, su trabajo en el centro de Talavera. Un recorrido bastante corto en el espacio pero terriblemente largo en el tiempo, media hora aproximada si no hay percances.
No es un problema exclusivo de esta ciudadana, cualquier habitante se puede ver reflejado en ese párrafo, y, si su desplazamiento incluye el uso de los accesos a la ciudad, apaga y vámonos.
Ninguno de los gobiernos ha tenido la valentía de afrontar el problema de la circulación, reestructurar las avenidas implementando cruces controlados por semáforo, cambios de sentido que no obliguen a tener que ir de punta a punta o convertir las rotondas a las conocidas como “turbo rotondas” que mejoran la fluidez del tráfico y reducen notablemente el número de incidencias.
Soluciones que aquí, en Talavera de la Reina, la también mal conocida como “la ciudad de las rotondas” ni se las ve ni se las espera.
Por desgracia, podemos enumerar más problemas:
- Un carril bici que fue un parche, obsoleto, caído en el olvido, sin mantenimiento o continuidad en las posteriores ampliaciones de la ciudad.
- Plazas de aparcamiento reservadas a farmacias, útiles, pero colocadas sin criterio que causan bloqueos en la circulación.
- Calles con un asfalto destrozado, donde además existe el riesgo de golpear a los peatones que circulan por la acera.
- Pasos de peatones situados en las mismas salidas de las rotondas, generando retenciones y atropellos a causa de los puntos ciegos y la incidencia del sol.
Estos y unos pocos más, son problemas diarios de las y los habitantes de Talavera que necesitan de un ayuntamiento valiente y voluntarioso que los zanje, que rompa con la tendencia a la baja en la calidad de vida del día a día de la ciudad.
No puedo evitar despedirme sin añadir que no somos los del “todo mal”, somos quienes aún conservan la voluntad e ilusión de ver a Talavera de la Reina brillar con el esplendor y orgullo que le pertenece y que la política nos roba. Sabemos que se puede, que se debe, que sus ciudadanas, ciudadanos, las generaciones venideras no merecen menos, no merecen que el conformismo político de quien tiene el estómago lleno con dinero público, les prive de su futuro.
Comisión de Transportes e Infraestructuras – Asociación SOS Talavera y Comarca