UN AÑO SIN ANTONIO GÓMEZ
La última vez que hablé con Antonio fue aproximadamente una semana antes de su inesperada desaparición. Recibí su llamada una soleada tarde de los últimos días de febrero y con su voz ronca, intimidatoria pero tranquila, me comentó que se traía entre manos un nuevo asunto con el que pensaba ayudar a Talavera.
Me preguntó por si existía la posibilidad de que yo acompañase al escritor Luís García Jambrina en una visita que iba a realizar este a Talavera de la Reina. Este estaba en contacto con un familiar de Antonio y su objetivo era poder conocer y ambientar la nueva novela que sobre Fernando de Rojas pensaba publicar en el mismo año 2018. García Jambrina es filólogo y profesor de la Universidad de Salamanca, ha recibido varios premios a nivel nacional y es bastante reconocido. Yo no le conocía, pero indagué sobre su persona y vi que estaba desarrollando una trilogía literaria sobre la vertiente detectivesca de un gran literato como fue Rojas, una de las grandes y más conocidas personalidades vinculadas a nuestra ciudad. Antonio me pidió consejo y me planteó la posibilidad de ofrecer al propio escritor que presentase públicamente su nueva novela en nuestra ciudad con carácter de primicia y que yo, en representación de SOS Talavera, le acompañara en el acto.
Antonio y yo no nos conocíamos demasiado, pero confió en mí para intentar llevar a cabo esta cuestión que pensábamos era de vital importancia y promoción para Talavera de la Reina. Aunque él dudaba mucho del éxito que pudiera tener la asociación SOS Talavera desde un principio, después del impacto que tuvo la manifestación del 11 de Noviembre de 2017 se implicó en su totalidad con la quimera de levantar a Talavera del abismo en el que está a punto de caer. De las muchas cuestiones que había que poner en el candelero (tren, paro, sanidad…), al tema cultural siempre le hemos dado la misma importancia que a los demás. Y él, preocupado como estaba, me llamó esa tarde de febrero para que me encargase de que García Jambrina presentara a Talavera de la Reina a nivel nacional a través de la literatura.
Su repentina muerte dio al traste con el proyecto y Jambrina publicó su novela sin pasar por Talavera. No importa. Lo que verdaderamente demuestra esta cuestión es el propio convencimiento de que alguien de la ciudad había decidido dar el todo por el todo por la misma, su negocio, sus gentes y su familia. Ese fue Antonio. No todo estaba perdido.
A día de hoy, un año después, su memoria y obra siguen presentes en la implicación que su mujer y sus dos hijas demuestran en cada actuación que la asociación lleva a cabo, ya sea en Talavera, Madrid o Toledo. Es como si la muerte de Antonio, nunca deseada por nadie, hubiese sido necesaria para perpetuar la lucha por la ciudad en la que vivía.
Los combates muchas veces generan héroes y villanos, incluso desde dentro de tu propio bando. Pero yo no quiero mártires ni enemigos, quiero gente como Antonio.
David Morales