TALAVERA ATRAPADA ENTRE EL TÚNEL DEL OLVIDO Y EL TREN A NINGUNA PARTE

Hace dos semanas otro incidente ferroviario en la tercermundista línea Madrid-Badajoz-Huelva, en concreto el derrumbe de un tunel y posterior descarrilamiento del tren, puso nuevamente de relieve el drama de la España olvidada y maltratada. En los últimos diez meses, el balance que arroja esta línea de, para colmo, escasas frecuencias, es de cuatro muertos, tres heridos, transbordos a taxis y autocares, kilómetros y kilómetros recorridos a pie por los viajeros sobre los taludes ferroviarios y saltando las vías de traviesa en traviesa, y miles de horas perdidas.

No es ningún atrevimiento mencionar que en Cataluña o el Pais Vasco nunca habrían pasado por las vejaciones y penalidades que los talaveranos y el resto de habitantes sufrimos desde tiempos inmemoriales en torno a esta línea ferroviaria maldita, al fin y al cabo un ejemplo visible, que no mediático, de los padecimientos y agravios de numerosas regiones españolas, siempre en favor de quienes, para colmo, muestran una infame deslealtad y confrontación permanente con quienes pagamos su prosperidad, delirios mesiánicos, corruptelas y despilfarros.

En el epicentro de esta vestusta línea ferroviaria y siguiendo el curso de un río también expoliado a base de trasvases, está Talavera de la Reina, antaño pujante y próspera ciudad pero azotada desde hace un par de décadas por una devastadora crisis, cronificada e incluso anterior a la crisis iniciada hace dos lustros.

Paradójicamente, dicha crisis en Talavera de la Reina se ha ido acentuando a medida que el resto de España empezaba a salir a flote e iniciar la recuperación. La sangría demográfica es lacerante e irreversible y el sector inmobiliario talaverano no sufre ninguna burbuja, al contrario, toda Talavera es un inmenso mosaico de carteles de «Se vende» o «Se alquila» mientras los barrios, las instalaciones industriales, las invendibles viviendas y locales se van cubriendo de mugre y de olvido hasta su derrumbe y abandono.

Muchas regiones, comarcas y municipios españoles, como ocurre con Talavera de la Reina, son expulsadas cada vez más lejos de los centros de poder, financieros, de modernidad, de dinamismo, hacia la nebulosa del más allá de una periferia tan desolada como infinita. A ello se suma la ausencia de inversiones en infraestructuras y el maltrato por parte de todas las administraciones que priorizaban otros territorios más septentrionales a los que rendir vasallaje y sumisión con el dinero de todos los españoles, incluido el de los talaveranos.

Esta es la anormal, surrealista e injusta España contemporánea, resultado de los que viven del cuento de los fueros, de los cupos, de los estatut, de las naciones milenarias inventadas antes de ayer, de los millones de derechos y la ausencia de deberes y, en definitiva, de la concesión de todo tipo privilegios precedidos de chantajes, amenazas, exabruptos e histeria.

A estos radicales chantajistas va destinado todo el dinero que nos niegan al resto de comarcas, ciudades, provincias y comunidades autónomas que formamos la España sodomizada, oprimida y deliberadamente atrasada.

Y mientras, los talaveranos hemos estado manifestándonos durante años pacíficamente, implorando migajas, pagando despilfarros y delirios ajenos, y metafóricamente subidos a bordo de un accidentado tren que viaja a ninguna parte, para acabar yaciendo totalmente ignorados y humillados en una vía muerta.

La ignominia, el desprecio y el olvido hacia Talavera de la Reina y sus habitantes alcanzan cotas aberrantes.

Silvia Núñez Martín
Montaje Fotografíco: La Voz del Tajo.